El capítulo de las horas
Una vez naces, empieza tu reloj biológico, un sistema imparable y muy eficaz.
¿Y qué es el tiempo?
Unos dicen que es una manera de controlar al ser humano dentro de una pauta siniestramente perfecta.
Otros dicen que es así porque si y punto. Para un carpintero como yo fui, el tiempo era dinero, y el dinero, comida.
En mi más humilde opinión, el tiempo pasa y el ser humano lucha por olvidar esta regla vital. Nos metemos en guerras absurdas, envidiamos al vecino, creemos que somos tan perfectos que incluso a veces olvidamos que somos algo pasajero en este mundo. Ahora observo la montaña que tengo en frente de mí y me pregunto: ¿Qué soy yo? Supongo que un punto diminuto en una línea de tiempo donde ella permanece imperturbable.
El tiempo nos marchita, nos envejece, un buen día te levantas y ves a alguien en el espejo, alguien que no conoces, pero que te resulta familiar. Si, eres tú.
Mi gran amigo Morga se dio cuenta muy pronto de aquello, estaba enterrando a su hermano y meditaba la manera de afrontar su don. Fue a verme, a pesar de que todos sabían de mi habilidad por sanar no pude hacer nada por él. Estuve con Morga apenas cinco minutos y sentí velocidad en mis entrañas, cansancio en mis movimientos, una sensación muy visceral.
Al día siguiente, al mirarme en el espejo vi una cana en mi cabello, ¿sería casualidad?
Más tarde me hablaría de su don.
Después de conocer a Morga, me di cuenta de lo importante que es el tiempo, ese que no apreciamos porque vamos deprisa. Cuando te lo roban te sientes impotente, pero a la vez llevas mas cuidado la próxima vez. Desde ese mismo momento aprecié cada minuto como si fuera el último de mi vida.
19/02/2008
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